El desarrollo de la
personalidad desde los primeros momentos de la vida, resulta inseparable de la
educación, correspondiéndolo a través del proceso educativo que se lleva a cabo
no sólo en la escuela, sino en la importante misión de regular todo el proceso
de educación de la personalidad de cada uno de los individuos (Pérez 2007). En
tal sentido el docente esta involucrado en las múltiples personalidades que se
pueden reflejar en un entorno académico.
Durante las clases se nos
presentan una variedad de personalidades en los estudiantes, en
ocasiones algunos profesores detectan con velocidad las actitudes que expresan
las personas en un aula de clases o en una cancha deportiva pero en otras se
dificultad esta observación detallada. Por lo tanto, ubicamos textos
informativos e investigaciones para tener en mano fuentes, al momento de expresar
con fundamento la personalidad de cada estudiante. Así encontramos el libro de Bailly (2005) que lleva de nombre: “ENSEÑAR:
Una cuestión de PERSONALIDADES”.
En el texto señala seis tipos de personalidades que considera que tienen los estudiantes y profesores, a saber el trabajomaníaco, el soñador, el promotor, el rebelde, el empático y el
perseverante.
Hablemos un poco sobre la
personalidad del estudiante rebelde. Según
Bailly (2005) para identificar a un estudiante en el área académica dentro de
este marco posee unas característica a saber; un aspecto informal y original,
aquí refleja un estilo básicamente único a diferencia de sus compañeros de
clases; un lenguaje coloquial y gráfico, acá su forma verbal para comunicarse en
el ámbito educativo es de forma directa, con variedad de jerga, colocando
apodos a terceros e iguales y utilizando
muchas metáforas para referirse a diversos eventos, vestimenta, profesoras,
secretarios, momentos de la clase y compañeros; refleja una actitud que marca
la diferencia, aquí los estudiantes con esta personalidad prefieren realizar
varios actividades a la vez, siendo originales, innovadores y creativos, que al
estar motivado es un agente activo en las clases, asimismo establece una diversidad de relaciones
sociales y académicas, otra característica es que en ocasiones puede expresar
un comportamiento un poco impertinente.
Los estudiantes rebeldes –Según Bailly (2005)- muestran
un semblante muy expresivo, desmarcándolo de los demás compañeros; a su vez es
divertido, franco y astuto le agrada aprender a través de juego; al ser
ingenioso sabe manejar los imprevistos. Para conseguir motivarlo el ambiente
escolar debe ser dinámico, con continuas relaciones en el aspecto de
intercambio de ideas, alegrías, comentarios humorísticos y cooperativas. Del
mismo modo, estimulándolo con eficiencia en sus trabajos académico.
Así pues, Bailly hace un viaje
en las distintas personalidades de docentes y estudiantes, tomando en consideración
una opinión personal y aplicable: Una clase debe de ser heterogénea. En efecto
no se trata de conversar con un/a solo/a estudiante, sino de dialogar con una
agradable corriente de personalidades que nos sumergen en un escenario del
quehacer educativo.
Referencias
Perez, Roberto, (2007). La personalidad de adolescentes de secundaria básica. Rev. Mex. Orient. Educ. V. 5 N. 11.