Libro
un tanto difícil de digerir, puesto que, repite continuamente palabras, queriendo
ser satírico, burlón, intentando rozar la controversia o el rechazo hacia algunos
aspectos en la sociedad. Esto es debido a su carácter de minimalismo y estribillos. Sin embargo, se aleja de ello. Debo de
admitir, al momento que observe el autor, hubo en mí, una emoción y unas ansías
de leer y sumergirme en su historia. El autor del libro, tiene una conexión a
la película, Club de la pelea, dirigida
por David
Fincher, y protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton.
Esta
es una película, de conspiración contra las grandes empresas. Cuando salió al
cine, no tuvo la ganancia esperada por las productoras hollywoodenses. Aunque,
se admite en la actualidad, que es una película de culto. Sin irme por la
tangente, el autor del libro (en la cual fue basada la película), es autor del
libro que estoy comentando. No me ha gustado del todo por unas series de
razones, entre ellas los caracteres mencionados, sus ganas casi desesperadas de
impactar al lector con contenidos transgresores. Acá debo de resaltar, que es
el estilo del autor.
De
igual forma, me ha costado todo un mundo para tener una lectura placentera.
Aunque como lograrla cuando el trayecto de la lectura no te engancha. La historia contada en la sinopsis
fue algo que me agrado, debido que este tipo de historia de intriga, con algo
de terror o siniestro, siempre han logrado capturar mi atención, esto no fue el
caso.
Debo
de aclarar, esta es mi opinión, seguramente habrá algunas personas con agrado
hacia el libro y su historia, pudiendo entrar en la trama de una manera
armónica. A pesar de todo, si logro adquirir otro libro del autor, es probable
otorgar una nueva oportunidad.
Sinopsis
[DEBOLS!LLO]: A Carl Streator, periodista de mediana edad, le han encargado que
escriba una serie de artículos sobre la muerte súbita infantil, un tema que le
resulta familiar pues él mismo perdió a su hijo en circunstancias extrañas. En
el trascurso de la investigación descubre que en todas las casas donde ha
muerto un bebé (o un niño, o un adulto) hay un ejemplar del mismo libro: una
antología de poemas africanos que contiene una nana letal. Esta canción mata a
aquel que la escucha: de hecho, su poder es tal que ni siquiera es necesario
recitarla, con tan solo memorizarla y odiar a alguien intensamente, cae
fulminado. Helen Hoover Boyle, agente inmobiliaria especializada en vender casas
encantadas, también tenía un hijo que murió en circunstancias similares al de
Streator. El periodista y la agente inmobiliaria emprenderán, acompañados por
la secretaria de Helen, Mona, aficionada
al esoterismo, y el novio de esta, Oyster, un ecologista ultrarradical, un
viaje por carretera con el fin de destruir todos los ejemplares del libro y
encontrar el grimonio original del que procede el hechizo. Con Nana damos la bienvenida a una nueva
familia nuclear, un grupo disfuncional hasta extremos aberrantes. Y a una
hilarante alegoría sobre la información y el poder.
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