Hace dos días,
ocurrió un evento magistral y grandioso para nuestras vistas, un eclipse solar.
Miles de personas de todo el mundo estuvieron atenta minuto a minuto, sobre
este fenómeno natural. Como otros años, fue visto en su totalidad en ciertas
latitudes, por ejemplo en Estados Unidos, maravillando a todo el país. Desde
los canales locales, hasta por Internet, de forma online, se pudo seguir en
vivo. Entrevistas con profesionales, contacto con el público, conversatorios
entre especialistas, todo ello para conocer mejor y entretener en la espera del
gran momento; cuando la Luna, la tierra y el sol se alinearan.
En mi país
(Venezuela), a diferencia de Estados Unidos, en algunas regiones solo se pudo
apreciar un eclipse solar parcial. En la imagen se puede ver la hora que
inicio, cuando terminó, la cantidad en porcentaje que ¨tapo¨ la luna al sol,
por estados.
Fotografía obtenida del Twitter de la Fundación CIDA
Pero de este evento
que hoy esta explicado con claridad por la ciencia, hace años era aterrador o
de presagios para las diversas culturas. De hecho, el sol era venerado como un
Dios. Es posible ver en la historia de numerosas civilizaciones. Los egipcios, con Atón una deidad que está
representada con un disco solar de rayos que terminan en unas manos,
considerado el que daba energía a la tierra; Atum, conocido como el que existe por sí mismo; Ra, es
representado por hombre con cabeza de halcón, acompañado de un disco solar
abrazado en el ureo, siendo el símbolo de la luz solar, el que otorga la vida,
responsable de la muerte y la resurrección. Este ultimó, llego a fusionar con
otras deidades para forma nuevas, Amon-Ra, Khnum-Ra, Atóm-Ra, entre otras.
Para los sumerios
tenemos a un Dios solar de la justicia, conocido por ser una deidad primordial
de la alegría de vivir y que otorga fuerza vital de la naturaleza, al Dios Utu.
En Grecia, aparece el Dios Helios, es simbolizado como un ser hermoso, un Dios
con una corona brillante de aureola solar, conduciendo un carro a través del
cielo; para los Incas fue el Inti, una deidad de fundamental de la riqueza, de
las plantas, rey de todo el cuerpo celeste, del universo, representado con una
forma de elipsoide, aunque también podía estar como rayos, dicha dios solar
sigue repercutiendo en la cultura de Argentina, Bolivia, Uruguay y Bolivia.
En Japón,
encontramos a Amaterasu; en la región báltica a Saulé, una diosa solar,
encargada de la fertilidad, el calor, la resurrección, el bienestar, la patrona
de los huérfanos, esta diosa se desplaza por el cielo por un carro con ruedas
de cobre, es simbolizada como un anillo, una corona, margarita, entre otras
formas.
Una de las razones
por la cual el Sol fue visto como una diosa o dios en numerosas culturas fue
por su gran poder al mirarlo directamente, esto nos cuenta Culver, además
señala que al fijar la mirada el espectador se perjudicaría la retina,
representado un elemento de ira del Sol como una deidad. De manera pues, señala
Culver, que la deidad del sol ocultada o desaparecida por un tiempo por medio
de un eclipse total, llego a infundir una variedad de explicaciones muy
creativas. Entonces, no era nada descabello una historia-mito relacionada sol
siendo devorado durante un eclipse, por su forma de ¨mordedura¨ mientras ocurre
el fenómeno natural.
En la mitología
Nórdica podemos ubicar a Sköll y Hati,
los lobos nórdicos de los cielos, uno perseguía a la diosa solar y el otro a la
lunar, bajo este mito se cuenta que las personas hacían una cantidad de ruido
para espantar o alejar a estos lobos de los cielos. En el hinduismo, esta Rajú,
un demonio que es el responsable del eclipse solar y lunar. Este ser
mitológico, devora al sol de momento, por venganza. Pero no por mucho tiempo,
puesto que estos salen por la garganta.
Es común, encontrar historias de mal augurio, aberraciones, de dragones
devorando al Sol, un apocalipsis, animales surgiendo a través del suelo para
comerse a las personas, referidas al eclipse solar. En Roma, gritaban para
botar a los demonios, en Japón, algunos ponían un collar de piedras preciosas
(talismán) en un árbol, pensando que compensaba la luz perdida mientras pasaba
el eclipse solar. Los esquimales, consideran que el Sol y la Luna están en un
periodo corto de enfermedad, por consiguientes estos cubrían todo lo que
podían, hasta ellos mismos, de esta manera los rayos no afectaran su cuerpo, en
consecuencia no se enfermaran. Otros pueblos como el Ojibwa, nativo de los
estados unidos, lanzaban flechas ardientes.
Como se ha visto, son numerosos los mitos que se escribían y contaban en
la antigüedad. Sin embargo, con todo el avance de la ciencia en Astronomía, en
la actualidad es complicado encontrar con personas o grupos que consideran
algunos misticismos mencionados, pero seguro debe de haber, y más en las tribus
que se ubican en las distintas latitudes del planeta tierra.
aqui tiene información de la Diosa de la fertilidad Maya https://destinos.fun/ixchel-diosa-de-la-fertilidad-visita-su-templo-maya-en-isla-mujeres/
ResponderEliminarGracias.
Eliminar