“Cuando
pienso que estamos entrampados nuevamente en la misma lucha por una de los conceptos más documentados, más convincentes
y excitantes de toda la Ciencia, no
sé si reír o llorar.”
Gould,
al igual que muchos evolucionistas, reflexiona y comprende, por qué cuestiones
tan maravillosas como la naturaleza, deben ser entendidas como un misterio, si
en cambio, al ser detallas, caracterizadas, estudiadas, analizadas, observadas
de forma pesquisas, denotan aun más maravilla y asombro. Al momento de descubrir
animales como “Mariapalito”, que cuenta con un cuerpo similar a una rama de un
árbol o arbusto, para camuflarse de sus depredadores, vemos a un animal que
podría quebrarse con una facilidad pero dicha característica le permite
sobrevivir en un ambiente natural. Esto, si causa maravilla, así como este se
ubican en las selvas y bosques, numerosos ejemplos.
El
creacionismo, en cualquiera de su clasificación, pretende con su “toque” de
divinidad, dar explicaciones científicas de detalles en la naturaleza,
apartando las dotes de la ciencia para su correspondiente explicación. Cuando
se trata de atacar con argumentos pseudocientíficos a la teoría de la
evolución, pareciera que un número de religiones se pusieran de acuerdo. Sin
embargo, lo preocupante no es tanto su ofensiva, en las corte han perdido, sino
que estudiantes o las personas están a favor de estos supuestos. Seguramente,
por su masivo arraigo cultural, como lo reportan las investigaciones.
“El
ascenso del creacionismo es política, simple y llanamente; representa un punto (y de ninguna
manera el más preocupante) del derecho evangélico
resurgente. Los argumentos que parecieron locos hace sólo una década, han vuelto a entrar a la
corriente del pensamiento actual.”
Gould,
menciona que se presentan dos puntos generales del ataque básico de los
creacionistas. Uno de ellos es, “juegan sobre el malentendido vernáculo de la
palabra “teoría” para llevar a la falsa impresión que nosotros los
evolucionistas estamos encubriendo el centro podrido de nuestro edificio”. Y,
el otro “ellos abusan de una filosofía de la ciencia muy popular para
argumentar que ellos se comportan científicamente a la hora de atacar a la
evolución.” Aún así, como el propio Gould y otros autores resaltan, la fe en si
misma no es ciencia, y por tanto el denominado “creacionismo científico” es una
falacia, que solo sirve con objetivo políticos.
Si
bien los creacionistas quieren apelar al pronunciarse sobre la Evolución como
si fuera solo una mera teoría, para argumentar su esfera de conocimiento acerca
del mundo de la diversidad de las especies en la tierra. No es suficiente
puesto que, la Evolución como lo menciona Gould es un hecho y también una teoría.
Vale decir, no expresan el mismo significado. <<Los hechos son los datos
del mundo. Las teorías son las estructuras de ideas que explican e interpretan
los hechos>>. Aquí, donde los creacionistas ven discordia, pelea, confusión,
controversia, los científicos ven discusión de teorías para explicar los datos
del mundo o del universo, sin recurrir a un ente todopoderoso.
Gould
destaca tres argumentos generales a favor de la evolución, a saber: <tenemos
abundante, directa y observable evidencia de la evolución en acción, tanto del
campo como del laboratorio; que la imperfección de la naturaleza revela
evolución; las transiciones son frecuentemente encontradas en el registro fósil>.
Cada uno de estos argumentos está respaldado por numerosa evidencia.
Fuente:
Stephen Jay Gould, “Evolution as Fact and Theory,” May 1981; from Hen’s Teeth
and Horse’s Toes, New York: W. W. Norton & Company,
1994, pp. 253-262.
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