El
célebre y reconocido naturalista Charles Darwin, en su libro, El origen
de las especies (1859), ya había asomado la descripción de la coadaptación,
en el momento que describe, a una abeja actuando como agente polinizador de las
flores. En otro de sus libros titulado La
fecundación de las orquídeas (1862), se dedico a analizar los mecanismos de
polinización de las orquídeas por parte de los insectos. Así, ya comenzando a
detallar los mecanismos para una coevolución (En otra entrada, se comento la
definición de coevolución).
En
dicho libro (La fecundación de las
orquídeas) estudió unas 150 orquídeas, analizando y describiendo con minuciosidad
sus mecanismos de fecundación, así como una variedad de estrategias para la
fecundación cruzada (Cadevall, 2009), de igual forma, Darwin comenzaba a
formular ideas acerca de la coevolución y coadaptación, a tal magnitud (y por
supuesto siguiendo el modelo evolutivo: selección
natural) que con su rigurosa y sistemática observación, predijo la descripción
de un animal con una relación reciproca con una planta de Orquídea.
En este sentido, Darwin al conocer la existencia de una
especie de orquídea en Madagascar, Angraecum
sesquipedale, en esta exótica planta, el néctar se ubica en el fondo de una profunda
corola. Él indico, que debía existir mariposas (los polinizadores habituales de las orquídeas en la isla
son los lepidópteros) con una espiritrompa de ese tamaño, suponiendo una
longitud aproximadamente el doble del tamaño del cuerpo del animal (Soler, s/f).
En palabras del propio Darwin: «No debe
pasarse por alto la Angraecum sesquipedale, cuyas grandes flores de seis
puntas, parecidas a estrellas formadas por cera blanca como la nieve, han
despertado la admiración de los viajeros en Madagascar. Debajo del labelo
cuelga un nectario verde en forma de látigo de asombrosa longitud. En algunas flores
que me envió Mr. Bateman encontré nectarios de 11 pulgadas y media de largo [30
cm], con solo una pulgada y media inferior [3,8 cm] llena de néctar. Cabría
preguntarse cuál puede ser la utilidad de un nectario de tan desproporcionada
longitud. Confío en que veremos que la fecundación de la planta depende de esta
longitud y de que el néctar se almacena solo en el extremo inferior y delgado.
Sin embargo, es sorprendente que los insectos sean capaces de alcanzar el
néctar. Nuestras esfinges inglesas tienen probóscides tan largas como su
cuerpo, ¡pero en Madagascar debe de haber mariposas nocturnas con probóscides
capaces de extenderse hasta una longitud de entre 10 y 11 pulgadas [de 25,4 a 28
cm]!» (Citado por Moreira-Muñoz, s/f).
Como
en otras ocasiones, la propuesta fue mofada y ridiculizada por los entomólogos
de la época, debido al desconocimiento de un insecto con un apéndice alimenticio
con esa longitud. Sin embargo, Darwin, como en otras oportunidades, acertaba.
Las especies del genero Angraecum, son polinizadas con mariposas del genero Panogena
que poseen una enorme espiritrompa.
Moreira-Muñoz nos relata, que el biólogo
Fritz Müller le envió una esfinge con una probóscide, de longitud similar a
como se esperaba, y prontamente el mismísimo Wallace hallaría en África, varios
esfíngidos con la característica de una espiritrompa, la cual casi daba el
largo, denominado la esfinge de Morgan (Xanthopan morgani), pero, no fue hasta
1903, que entomólogos descubrirían la subespecie que poliniza a la orquídea, Xanthopan
morgani praedicta. Tal como señalo el Naturalista Darwin, el animal presenta
efectivamente una espiritrompa de casi 30cm de largo. El nombre de ‘praedicta’
(del latín predicha), es un homenaje a Darwin por su deducción.
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